Esto nos permite hacer más natural la relación con él, ya que es posible comentar y expresar muchas más situaciones. Así mismo, el niño podrá expresarse con mayor precisión y amplitud.
Aunque se pretende que la adquisición de los signos sea natural, es interesante utilizar algunos signos de manera más sistemática, especialmente aquellos que se refieren a nociones fundamentales que pueden plantear más dificultades al niño sordo:
1) Nociones espaciales (dentro, donde, fuera, debajo...)
2) Nociones temporales (cuando, después, pronto, rápido, despacio...)
3) Nociones causales (porque, para...)
4) Categorías (tamaños, colores, formas...)
5) Preguntas concretas (qué hace, quién, cuántos...)
En general, el lenguaje de signos permite el desarrollo de actividades que sería muy difícil llevar a cabo con una comunicación exclusivamente oral:
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